En diálogo con Leticia Schmidt Freixes, voluntaria de AFS, organización mundial que hace más de 60 años está trabajando en nuestro país, nos comenta sobre la experiencia inolvidable de vivir un intercambio cultural.
Leticia Schmidt Freixes es voluntaria de la organización mundial AFS en la ciudad de Río Cuarto, organización que realiza intercambios culturales por todo el mundo de personas adultas y adolescentes.

Los adolescentes son los que más se animan a vivir este tipo de experiencias, comenta Leticia, «son ellos el futuro de nuestra sociedad, es bueno trabajar con ellos para que puedan cambiar el mundo el día de mañana».
Desde AFS tiene como visión que si nos conocemos y entendemos las diferencias que hay entre nosotros, vamos a poder entender al otro desde su cultura, y de esa manera crecer en el mundo de una manera más pacífica, comprendiendo al otro.
Los adolescentes que realizan esta experiencia vienen con una imagen diferente, “con la cabeza cambiada”, desarrollan una personalidad distinta. Es en el intercambio cultural que ellos viven, que tiene que modificar su visión hacia el resto del mundo. Se dan cuenta que al final no somos tan diferentes, que el mundo no es tan grande como parece, siempre podes encontrarte con alguien conocido en cualquier parte, ayuda a abrir la cabeza para enfrentar el mundo de otra manera.

Las familias que reciben a un estudiante de intercambio también vive la experiencia, porque a través del estudiante le “estas abriendo tu casa, al mundo” estas dejando entrar otra cultura diferente sin moverte de tu casa.

“El intercambio no es solo para el que viaja sino para todos los que forman parte de él y a todos les cambia la visión del mundo. En esta experiencia de AFS uno aprende a conocerse a sí mismo, y sobre todo a su familia, y conoce mucho más a nuestra cultura y nuestro idioma y está bueno mostrárselo a alguien que viene de otro lado, animarse”, comenta Leticia.
